En
la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, a los veintiocho días del mes
de mayo de 2011.
Cámara de Diputados de la Nación.
Religiosos
a favor de la ley de Interrupción voluntaria del embarazo:” El
pecado no es delito”
Sr. Pastor Orlov.- ...la despenalización de la interrupción voluntaria de un embarazo no deseado porque no queremos seguir tratando a las personas, a las mujeres que estamos asesorando y acompañando, como delincuentes. Es necesario sacar el tema del Código Penal para ponerlo en perspectiva de derechos humanos, de Evangelio y de respeto de la persona. Esa es una necesidad de nuestra Iglesia, es una necesidad pastoral, pero no sólo ahí sino también la legalización.
Estamos apoyando la
legalización porque tenemos que sacar el tema de aborto de la
clandestinidad y permitir que luego de un asesoramiento y
acompañamiento a las personas se respete la autonomía, que es un
valor que no podemos negociar. Es decir, nuestro cuerpo es el primer
espacio en el cual ejercemos los derechos de ciudadanía y eso no se
negocia.
Entonces, yo creo
que nosotros no podemos imponer. Es decir, cuando uno asesora a una
persona no baja líneas sino que comparte pensamiento, ayuda,
discierne. Nuestra Iglesia, luego también atravesada por las mismas
tensiones en la cual está atravesada la sociedad, dijo: “No
podemos guardar silencio”. A pesar de las tensiones dentro de
nuestra propia comunidad teníamos que hablar, teníamos que romper
el silencio porque nuestro silencio nos hacía culpable de la
cantidad de mujeres pobres que mueren cada día en América Latina. Y
la legislación prohibicionista, en esto y en otros temas, ha
mostrado que no está protegiendo la vida. Yo quiero proteger la
vida.
Entonces, es
necesario un cambio ya, de manera urgente -como se está diciendo-.
Ahora tenemos que cambiar. La sociedad argentina está en condiciones
de debates pluralistas. No más una sola voz, no más pensamientos
hegemónicos y homogéneos pretendidamente. (Aplausos.)
Creo que como
Iglesia nuestra primera actitud es pedirles perdón a todas aquellas
personas que han sido perseguidas por haber practicado una
interrupción de embarazo no deseado. Me gusta el vocabulario. Es
decir, nadie es partidario del aborto: es una medida extrema. Lo que
queremos es la legalización y la despenalización para poder
trabajar con transparencia.
La Iglesia Luterana
dice: “Nosotros nos oponemos a cualquier legislación que impida
dar información. Nos oponemos a cualquier legislación que impida el
aborto en forma total”. Hay cantidad de circunstancias. No sólo el
abuso, no sólo la violación sino hay inequidades de género que
hacen que muchos embarazos se hagan en situaciones inhumanas. No lo
digo yo, lo dice el documento de nuestra Iglesia. No hay dos casos
iguales.
Por lo tanto,
tenemos que tener una amplitud de mira, de criterio, para acompañar,
asesorar, pero respetar las decisiones finales de cada pareja o de
cada mujer. Gracias. (Aplausos.)
Sra.
Presentadora:A continuación quiero presentar, también con mucho
placer, a la Pastora Mariel Pons de la Iglesia Evangélica Metodista
Argentina, licenciada en Ciencias Políticas, especializada en
derechos humanos y género.
Sra. Pastora
Pons.- Gracias. Ahora yo estoy más nerviosa porque Lisandro
Orlov acaba de compartir lo que yo quería decir. Gracias por esta
coincidencia de pensamiento. También es un privilegio compartir esta
mesa.
Yo vengo en
representación del obispo de la Iglesia del Pastor Frank de Nully
Brown que por razones de trabajo no podía estar hoy, así que me
pidió que lo supliera en esta agradable tarea de debatir juntos la
despenalización del aborto.
Lo que voy a hacer
es leer la carta pastoral de nuestra Iglesia, de febrero de este año,
en relación con este tema. Los que somos religiosos siempre
acostumbramos a invocar la presencia de Dios cada vez que nos
reunimos. Antes de leer la carta me gustaría invocar la presencia de
muchas mujeres. Yo voy a pensar en algunas: Cintia, Elena, Rosa,
Vanesa, Wanda, Sabrina, Susana y la lista puede seguir. Sus edades
oscilan entre once y noventa años, y todas pasaron por la tremenda
experiencia del aborto clandestino: algunas pudiendo recuperar su
vida y otras no. En su nombre también, de las que no tienen voz y
que están invisibilizadas.
A propósito de la
próxima discusión parlamentaria sobre la despenalización del
aborto, la Iglesia Metodista inicia el diálogo sobre esta
problemática que atenta contra la libertad y la dignidad de las
personas.
-A
continuación la Pastora da lectura a la Carta Pastoral del obispo
Frank de Nully Brown.
“El tema de la
despenalización del aborto, que será motivo de debate en el
Congreso Nacional, exige desde nuestra fe cristiana una profunda y
sincera reflexión que contribuya a la valoración de la vida y al
respeto y dignidad de todos los seres humanos en nuestra sociedad.
Limitar la discusión de la despenalización del aborto a una puja
entre quienes están a favor y en contra de la práctica es
trivializarla: nadie puede estar a favor de la interrupción de una
vida.
“Pero esta
problemática va más allá de esta falsa polarización. La mujer que
busca abortar lo hace con angustia y tristeza. La comunidad tiene que
asumir esta realidad no escondiéndola sino sacándola a la luz. Una
reflexión pastoral que debe abordar su tratamiento considerándolo
en todas sus dimensiones: físicas, sociales, éticas y espirituales.
Para ello comparto aquí algunas reflexiones que podrían aportar a
su mejor compresión.
“El aborto es un
problema social. El tema del aborto debe ser considerado en relación
con el contexto social en el cual ocurre. Nuestra sociedad carece de
una adecuada educación sexual, planificación familiar e igualdad de
género, lo que contribuye a que se multipliquen los embarazos no
deseados.
“Por otro lado, el
aborto se ha constituido en un verdadero comercio, ya que en la
actualidad la ley aprueba su práctica en forma muy restringida. Los
sectores medios y altos de la sociedad pueden acceder a una atención
clandestina segura, pero para muchísimas mujeres de limitados
recursos -debido a prácticas no profesionales y riesgosas-
interrumpir la gestación implica atentar contra su propia vida. El
Estado debe intervenir en los dos sentidos: legislando la
despenalización para evitar la muerte de las madres y garantizando
las condiciones de equidad económica, educativa y sanitaria para que
el aborto no sea una opción.
“La penalización
no resuelve el sufrimiento. La realidad del aborto no se resuelve
penalizando a la mujer que lo practica y dejando de lado la
responsabilidad del varón, porque el problema no es sólo de las
mujeres, es un problema de todos. Poner el tema en su adecuado
contexto lleva a considerar el reclamo de las mujeres a decidir sobre
su propio cuerpo y por otro lado, a abordar el sufrimiento de otras
muchas mujeres desprotegidas. Diálogo para construir libertad y
dignidad.
“Por todo lo
dicho, consideramos que despenalizar el aborto puede ayudar al
diálogo que contribuya a la edificación de nuestra sociedad. Cada
víctima del aborto no puede convertirse en un número más porque es
alguien a quien Dios ama y a quien también nosotros debemos amar
profundamente. Esconder nuestras prácticas culturales del aborto
clandestino no ayuda a enfrentarlas y a tomar decisiones inspiradas
en la libertad y la dignidad de las personas.
“Es nuestro deseo
que se pueda generar en nuestra sociedad una discusión madura donde
todos tengan la oportunidad de aportar sus propias visiones, porque
nosotros amamos a Dios porque él nos amó primero. Y, si alguien
afirma “Yo amo a Dios” pero odia a su hermano es un mentiroso.
Pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, no puede amar a
Dios a quien no ha visto. Cita de la carta primera de Juan.”
(Aplausos.)
Sra.
Presentadora: Qué emoción escuchar sabiendo que hay tantas
mujeres de fe que necesitan el apoyo de sus representantes! No sólo
del Estado sino de sus representantes religiosos poder escuchar que
efectivamente hay un lugar en estas iglesias. Voy a hacer un break.
No sé ustedes, yo estoy muy emocionada.
A continuación voy
a presentar al rabino Daniel Goldman de la comunidad Bet El. Es
vicepresidente de la APDH, secretario de la Comisión Provincial por
la Memoria y miembro del consejo consultivo de Poder Ciudadano.
Sr. Rabino
Goldman.- Gracias por la invitación. Yo soy el menos religioso,
por lo menos el menos creyente de esta mesa. Porque conozco a cada
uno, siempre participamos porque nosotros somos parte del elenco
estable.
Y siempre somos los
defensores de las causas perdidas. Pero en esta oportunidad no va a
ser causa perdida, porque solamente discutir permite que ya ganemos
en un país en donde muchas veces la discusión quedaba relegada
porque el poder determinaba que hay ciertos tópicos que no se deben
discutir. Entonces, la causa como tal ya ha ganado,
independientemente de que se legisle o no.
Hace 25 años vengo
discutiendo sobre este tema. Publiqué sobre el mismo y hace tanto
tiempo que vengo discutiendo que ya lo tomo como una cuestión normal
y quiero contar por qué este tema tuvo un impacto fuerte en mí.
Cuando yo me ordené como rabino, estaba en una pequeña congregación
y el primer caso pastoral que tuve fue el de una mamá que viene con
su hija de 13 años -recién había entrado al colegio secundario- y
me dice: “Acá la tenés. Mi hija está embarazada”. Yo le
pregunto: “¿Y el papá qué edad tiene?”. Responde “14”.
Catorce años.
Por supuesto que mi
lectura clasista implicaba: ¡una niña de clase media que quede
embarazada! Pero por otro lado, esta situación de condenar a una
chica que todavía no había tenido una amplia educación sexual,
estamos hablando hace muchos años atrás, en donde los medios
todavía no permitían un conocimiento tan grande como el que hoy por
lo menos podemos ver. No sé si están más informados, pero creo que
por lo menos un poco más sí. Y condenarla a
que no pueda vivir ciertos sueños, utopías y todo un camino que
tiene que ver con el crecimiento, la adolescencia, la búsqueda
personal, parecía que
condenarla, y lo digo con intención condenarla a ser
madre, cuando seguramente no quería ser madre, ni su madre quería
que su hija fuera madre, porque por eso me la traía, la traía para
que yo, entre comillas, le dé algún consejo o inclusive algún
veredicto sobre la cuestión. Eso por un lado.
Por otro lado tomo
lo que Mariel estaba diciendo, y me parece que no estamos hablando de
situaciones conceptuales, porque yo podría hacer un desarrollo a
cerca que de qué es lo que dice la tradición judía sobre el tema
del aborto del feto, de la persona, pero no viene al caso y si se van
a aburrir además. Pero sí con este tema de que hay nombres propios.
Cuándo vos citabas los nombres. Hay nombres propios; es como cuando
hablamos de Ana Frank, no estamos hablando del holocausto, estamos
hablando de Ana Frank, de una nena. Ahora estamos hablando de esas
nenas que vos decías de 11 años a... Creo que desde ese lugar como
punto número uno, es necesario renovar el compromiso de la
discusión, es necesario renovar el compromiso de la polémica, es
necesario no dejarse avasallar por el poder hegemónico que
determina cómo debe ser la vida desde el punto de vista doctrinario
y no desde la realidad de la vida misma.
En segundo lugar, el
aborto se practica le guste a la vecina, al maestro, al juez, al
religioso o al legislador. Recién daban los datos que son datos muy
fuertes de 450 mil abortos por año. Este es el tema esencial que
quiero desarrollar en este segundo punto, cuál es el lugar del
Estado pensando que el objeto mismo del Estado es homogeneizar
socialmente dando derechos e igualdades. Lo que implica que aquel que
tiene, tiene el derecho, y aquel que no tiene, no tiene ningún
derecho. Entonces la obligación del Estado como tal es preocuparse
por los que no tienen. No tienen el derecho porque no tienen la
plata. Y como no tienen el derecho y no tienen la plata, no lo pueden
hacer, como aquellos que tienen la plata y por lo tanto ejercen el
derecho. Entonces me parece que desde ahí hay que encarar esta
cuestión.
En tercer lugar, si
yo tuviese que tomar el tema doctrinariamente, porqué tenemos que
aceptar la visión religiosa homogénea que determina quién es
persona y quién no. En mi tradición, la tradición judía, hay una
gran discusión acerca de si el feto es persona. Y la preeminencia
doctrinaria también tiene que ver con el hecho de que la madre -y lo
pongo en un caso ejemplar- que dice que la madre en caso de peligro
tiene derecho por sobre la vida del hijo. Cuando decimos peligro, la
fuente judía que en este caso es la Mishná dice, peligro físico y
peligro psíquico, y yo agregaría peligro con responsabilidad
social. Me parece que hay que tomar este elemento, esta tríada: el
peligro físico, el peligro psíquico y el peligro de la
responsabilidad social.
Por lo tanto me
parece que, aunque yo sé que este no es un comienzo verdadero, es un
buen comienzo. Poder permitir darle voz a quienes en muchos casos no
tienen voz, permitir establecer una posibilidad de elevar aquellos
que no tienen. Y si alguien se considera progresista, o los que se
consideran progresistas, o los legisladores que se consideran
progresistas que tomen en cuenta seriamente los nombres de estas
personas para entender cómo poder elevarlas. Cómo poder colocarlas
en el mismo lugar de aquellos que se pueden dar el lujo de discutir
conceptualmente la cosa y decidir por sí mismos si quieren abortar o
no. Porque el que no tiene, no es que puede permitirse cuestionar el
tema del aborto, tiene mayores posibilidades de morir, que es
diferente, es mucho más profundo. Por lo tanto celebro este momento.
Celebro este momento
aún sabiendo que a nadie le gusta abortar. Yo lo puedo decir como
varón que me imagino que a una mujer no le gusta abortar, porque es
una situación traumática y a nadie le gusta pasar por una situación
traumática. Entonces cómo hacemos para que este trauma socialmente
pueda ser más metabolizado, más trabajado, más elaborado. De modo
tal que como sociedad podamos dar respuestas al tiempo que nos
convoca. (Aplausos).
Sra.
Presentadora: Ahora voy a prestar a Guillermo
“Quito” Mariani, Presbítero de la Iglesia Católica para que
haga uso de la palabra. En diciembre 1951 fue ordenado sacerdote,
debido a su compromiso con la realidad política y social, y su
acción eclesial y ciudadana fue definido como contestatario. En el
2006 renuncia a su condición de cura párroco sin abandonar su
estado sacerdotal que en la actualidad sigue ejerciendo con un margen
de mayor (edad?).
Sr. Presbítero
(Mariani).- Primero pido disculpas por no poder presentar
títulos. (Risas.) Segundo, todos dijeron que estaban
nerviosos... Yo no estoy nervioso, estoy asustado. (Risas.)
Porque esto de tomar la palabra después de todo lo valiosísimo que
se ha dicho, sin ponerse a repetir, es bastantes arriesgado.
Me resulta muy
odioso leer pero en aras de la realidad voy a leer un poco. Primero
felicito esta iniciativa de llamar a representantes de distintas
religiones porque hay posibilidad de una contención, de una cantidad
de cosas desde el aspecto religioso que significa una especie de
facilitación del contacto con el ser supremo, además de lo que
individualmente puede uno hacer y que es un derecho absolutamente
legítimo de la intimidad personal.
Sin embargo, la
organización comunitaria fortalece y puede mediatizar un contacto
con esa realidad suprema más eficaz, y en ese sentido todas las
religiones son respetables, todas tienen por su cultura, por
tradición o por liderazgo una gran influencia en la sociedad y es
valioso que estas opiniones se expongan.
Pero hago una
advertencia, toda religión tiene por lo menos dos componentes
bastante diferenciables. El primero este del que yo hablé que supone
el creer en una revelación, el facilitar el contacto con dios, el
contener el sentido de la vida frente al ser supremo. Y la otra
realidad que es el poder, el poder que se va adquiriendo que va
rodeando y se va convirtiendo a veces en lo más importante. Cuando
lo religioso empieza a institucionalizarse, cuando por necesidad de
afirmar que son la única religión verdadera y (socializar) con los
demás se vuelve un elemento de rivalidad, de contienda y hasta de
guerras. Y eso del poder, en esta expresión hacía afuera, se
manifiesta también en una necesidad de mantener siempre hacia
adentro un ejército bien organizado para lanzarlo a la lucha y
convertirse en factor de poder en todas las sociedades establecidas.
Yo creo que esas son
características de todas las religiones, en unas más y en otras
menos. Pero creo que es demasiado objetivo este juicio con respecto a
la Iglesia Católica, que tiene una historia en que prácticamente el
poder de la institución ha superado una cantidad de intentos de ser
fiel a la doctrina de Jesús, de ser fiel al Evangelio, de ser fiel a
ese Dios presentado por Jesús.
Yo quería a hacer
esa advertencia porque el poder inclina a querer imponer lo que puede
ser una conquista personal, o una conquista de criterios aunados, o
una conquista de investigación, pero imponiendo a los demás. Y yo
creo que hay que desembarazarse de esa presión que se ejerce sobre
todo el mundo, pero también sobre los legisladores en muchos casos,
que por temor a contrariar lo que una institución desde el poder
está queriendo afirmar como autoritaria y como única, temiendo eso
se anulan una cantidad de iniciativas que son orientadas hacia el
bien común. Primero quería hacer esa advertencia.
En cuanto a mí
mismo, no estoy representando a la Iglesia Oficial. No sé si es
posible hablar de una representación de la Iglesia sin especificar.
Yo creo que la Iglesia Católica está dividida en dos líneas
claramente delimitadas, una es la línea tradicional y la otra que
nació a impulsos de las novedades del Concilio Vaticano II. De ese
acontecimiento tan importante citado por un viejito, y a los viejitos
los honro mucho porque son viejitos. (Risas.) Creo que desde
ese concilio salió un aprecio por la libertar, un aprecio por la
ciencia, un aprecio por el diálogo con el mundo, un aprecio por la
sociedad civil, un aprecio por los más desheredados, los que están
excluidos de alguna manera de los beneficios de la sociedad que se
dan en todos los órdenes material, espiritual y psíquico.
Cultivando eso, los
teólogos, los escrituristas, los pastoralistas, y los moralistas
fueron creyéndole al Concilio Vaticano II una cantidad de cosas y se
largaron por esa línea, que pareció irrefrenable en un principio,
que avanzó durante cuatro o cinco años y pareció que realmente
había cambiado la iglesia, hasta que se armó la defensiva y la
restauración empezó a envolver el Concilio Vaticano II con todo lo
conservador que todavía figura en el concilio, porque es de una
época de transición. Entonces llegamos a esta situación actual en
que las dos Iglesias prácticamente con coinciden en ninguno de los
puntos que tienen que ver con eso que fueron la novedad en el
Concilio Vaticano II.
Cuando me invitaron
a formar parte de este panel andaba por la ciudad, y no voy mucho al
centro. Le tengo miedo al centro también, ¿cómo sería si viviera
en Buenos Aires? (Risas)
Descubrí en un
viaje en ómnibus, una pared del Colegio Irigoyen en la avenida Velez
Sarfield, que decía "No al aborto, viva Cristo Rey" y otra
pared en Duarte Quirós -muy al centro- que decía “No al aborto,
sí a la vida”. Me quedé pensando en que ya está empezando y cómo
va a ser cuando esto se largue, ya que quizás esas dos consignas son
las que se van a esgrimir cuándo la cosa entre en litigio.
Pienso en cómo
calificaría yo esto. En primer lugar, diría que el “no al aborto”
es un signo de astucia engañante o engañosa y también de
estupidez. Estupidez significa no entender lo que se dice. Ello es
así puesto que el “no al aborto” se opondría a un “sí al
aborto”, pero en realidad, lo que nosotros queremos -y lo que se
está pidiendo- es que el aborto no sea un delito penalizado, no se
clandestinice y no se multiplique. Todos estos elementos han
contribuido a la multiplicación de los abortos crueles y con
consecuencias irremediables.
No se puede decir
“no al aborto” como si se opusiera a un “sí al aborto”.
Además, en relación con el “viva Cristo Rey”, ¿qué tendrá
que ver Cristo Rey con el aborto?
La cuestión es que
la Iglesia quiere imponer -con ese poder del que hablábamos- su
opinión, así como la impuso victoriosamente con el “Cristo
vence”. Yo era muy jovencito cuando llevaba en la solapa el
escudito de “Cristo vence”, cuando, en realidad, la Iglesia era
la que estaba venciendo y se consideraba vencedora. Por eso decía
“Cristo vence”.
¿Que tendrá que
ver Cristo con ese triunfo de la Iglesia? ¿Qué tendrá que ver
Cristo con el triunfo que la Iglesia espera que se dé con esta
discusión sobre el aborto procurado y en esas situaciones en que la
ley lo presenta?
En segundo lugar, en
relación con la consigna “No al aborto, sí a la vida”, creo que
a la vida no se le dice sí con un no al aborto. Se le dice sí a la
vida haciendo todas las cosas que hay que hacer en la medida en que
sean eficaces para que el aborto no se dé o para que disminuya. De
manera que diciendo “no”, simplemente se quedan con esa
satisfacción de haber protestado en contra. Esta satisfacción tiene
mucho de política en el sentido de mantenimiento de poder y
autoritarismo por parte de la Iglesia, ya que con todos los últimos
acontecimientos, está perdiendo prestigio y credibilidad, incluso
dentro de sus mismos adherentes.
Por otro lado, la
posición de la Iglesia de oponerse en principio a todo debate es
absolutamente rechazada, primero porque desconoce los derechos de la
sociedad civil, la laicidad a la que aludía el compañero y el
derecho de la misma a establecer las leyes que juzgue convenientes al
bien común. Esto implica ignorar ese derecho que es fundamental y
constitutivo de la sociedad civil.
En segundo término,
se rechaza la posición de la Iglesia porque el aborto no es la única
ni la más grave de las violaciones del derecho a la vida del
inocente. La Iglesia no ha tenido reparo en hacerse cómplice de
muchas violaciones peores que el aborto y referidas también a
personas absolutamente inocentes.
En tercer lugar,
porque al calificar como aborto la interrupción de la concepción
desde la fecundación, la Iglesia contradice muchos estudios
científicos y quiere imponerlo como dogma, a pesar de que los dogmas
ya están establecidos. Si bien hace falta una reformulación de
muchos de los dogmas de la Iglesia Católica, esto no está
establecido en ninguna parte ni como declaración de la infalibilidad
pontificia ni como dogma. Son opiniones que se mantienen con la
fuerza del autoritarismo.
Muchos estudios
científicos no permiten hablar de vida individual -y menos de
persona humana- hasta por lo menos después de la segunda semana.
Hago esta referencia porque la ley establece un plazo de doce
semanas. Creo que hay mayor coincidencia en que alrededor de las ocho
semanas todavía no hay cresta única, es decir, la cresta que indica
la individualidad.
Ciertamente, no se
puede establecer en contra de la ciencia algo en lo que la Iglesia no
tiene competencia. La Iglesia ha tenido siempre que someterse a lo
que decía la ciencia o la afirmación común cuándo se habla, por
ejemplo, de ley natural y qué contradice la ley natural.
¿Cuál es la ley
natural de la que habla la Iglesia? Es que haya sido siempre así,
que todos lo hayan hecho siempre así, que estamos acostumbrados a
que se haya hecho siempre así.
Pero la ley natural
no tiene nada que ver con eso, porque recién la estamos
descubriendo, recién la estamos investigando, recién estamos
tratando de superar algunas cosas que suponen manejar esa ley
natural.
Por ejemplo,
alrededor del siglo IV y V se pensaba la barbaridad de que el
espermatozoide era un homúnculo porque de ahí se iba a engendrar
la vida humana y entonces se consideraba como un aborto el derrame de
semen. O sea, cada espermatozoide era un homúnculo. Fíjense la
cantidad de...
También, conforme
la concepción de sus tiempos -sobre todo con la concepción
filosófica de Aristóteles de que toda individualidad necesitaba
materia y forma-, Santo Tomás sostenía que recién se era individuo
particularizado al tercer o cuarto mes más o menos, de acuerdo a las
apreciaciones de ese tiempo, ya que recién en ese momento el feto
tenía la forma de hombre.
Como para
Aristóteles la materia y la forma son el constitutivo elemental, si
está la materia sola o la forma sola, no basta. Siguiendo a
Aristóteles, Santo Tomás afirmaba eso.
Posteriormente,
cuándo se afirmaba que había que recibir todos los hijos que Dios
nos mandaba, la ciencia descubrió el método de la continencia
periódica con Ogino, perfeccionado por Billings. Pero la Iglesia fue
aceptándolo. Tuvo que aceptar. ¿Por qué ahora no acepta estas
concepciones científicas que tienen una cantidad de pruebas?
Acá no hay nada más
que una especie de obsesión autoritaria para negar eso que el
Concilio Vaticano firmó con mucha fuerza: la autonomía de la
ciencia.
También es un
presupuesto absolutamente necesario y urgente una educación sexual
eficaz en conocimientos biológicos y en conocimientos prácticos,
que evite los hijos no deseados. Decir que ésta debe ser abarcativa
de principios éticos y que debe darse únicamente por los padres, es
una excusa puesta como gran argumento por parte de la Iglesia. Son
los padres los que tienen el derecho, pero es urgente que se dé.
En Córdoba había
un médico que decía que a los chicos de sexto grado ya hay que
enseñarles a usar preservativo ya que, aunque el conocimiento sea
deficiente y pueda provocar algunos excesos en la sexualidad, son
muchísimos más los excesos que se dan contra el respeto a la vida.
Estos excesos producen muerte y enfermedades ocasionadas por una
falta de educación sexual.
Encima, por ejemplo,
ayer el Arzobispo de La Plata condenó por predisposición y fomento
a la promiscuidad la experiencia de ese colegio secundario de Buenos
Aires que estaba dando clase de educación sexual con participación
de los alumnos jóvenes.
También, es
rechazable que se considere que los anticonceptivos propician la
promiscuidad o el micro aborto, impidiendo su uso y rodeándolo de
temores y castigos para esta vida y la otra.
El no creyente no
entiende mucho cuando decimos para esta vida y la otra. Ese temor de
que en la otra vida haya una condena fatal e infernal, se mete muy
adentro de los que tienen una formación de esta clase y en cualquier
oportunidad salta como un resorte que impide reaccionar con fuerza.
Además, a través
de la historia de la posición eclesiástica, se va mostrando el
menosprecio por la capacidad para aconsejar de los especialistas
psicólogos, bioeticistas y médicos, conocidos por la libre y
facilitada consulta de los casos que son siempre particulares. Hay
una gran desconfianza de lo que pueden enseñar los que
verdaderamente están en la materia, por lo que entonces la Iglesia
está invadiendo ilegítimamente ese campo.
Estoy en el límite
de tiempo, por lo que voy a ir terminando.
Los últimos
documentos de la Iglesia son siempre rechazando el aborto, así,
simplemente. Pero ninguno se atreve a diagnosticar cuál es el
momento exacto en que es aborto la interrupción del embarazo. Ese
proceso es muy difícil especificarlo con límites precisos pero
tampoco en ninguno de los documentos se especifica que lo concebido
sea realmente una persona humana. Por el contrario, eso se evita y se
dice que por prudencia hay que tratarla desde el principio como si lo
fuera. No va más allá de eso. Entonces, si la Iglesia oficialmente
en los documentos más importantes dice eso, habrá que tenerlo en
cuenta.
Finalmente, quiero
dedicarle un párrafo especial a Benedicto XVI que está haciendo
todo lo posible para que la Iglesia Católica retroceda, no entrando
en ninguna de estas cuestiones, no discutiendo absolutamente nada,
transformándola en un ejército ordenado que esté listo para la
lucha en cualquier momento, aunque seamos cuatro locos. (Aplausos
y risas.)
Para terminar con
esta conferencia voy a presentar a la diputada nacional por Libres
del Sur, Cecilia Merchán.
Sra. Merchán.-
...La verdad que es un gustazo estar en este momento y haber
logrado esto desde el Colectivo de Mujeres Las Juanas, de Juana
Azurduy. En realidad, nosotros tomamos el día 28 de mayo como el Día
Internacional de Acción por la Salud de las Mujeres y enmarcamos
esta actividad en un montón de otras actividades que se hacen en
muchas organizaciones y que nosotras mismas llevamos a cabo. Es
decir, esta no es la única actividad sino que hacemos talleres y
discutimos todo lo que tiene que ver con la salud de las mujeres.
Creemos que tal
como lo hacemos desde la campaña por un aborto legal, seguro y
gratuito, tenemos que ponerle mucha fuerza y un eje importante a esta
deuda pendiente de la democracia, que es la legalización de la
interrupción voluntaria del embarazo.
Como dijo Daniel,
quiero resaltar que éste es un proyecto, no un puntapié o algo
inicial. El proyecto está en la Cámara de Diputados y ha sido
elaborado y consensuado por más de doscientas organizaciones en todo
el país. Es un proyecto que cuenta con el apoyo de cincuenta
diputados y diputadas de todos los bloques del Congreso. Cuenta con
el apoyo de universidades nacionales y colegios profesionales. Es un
trabajo que efectivamente ha calado fuerte en muchos sectores de la
sociedad.
Nosotras
considerábamos que era importante dar de baja un debate falso que se
instala con la idea de que hay un grupo de determinados sectores a
favor de la legalización del aborto y que las Iglesias están en
contra. Es un debate que se instala con frecuencia. Nosotras decimos
que de esa forma se implanta la discusión en cada uno de los
lugares.
La primera charla,
además de Marta, por supuesto, que es de Católicas por el Derecho a
Decidir y que vienen trabajando desde esa identidad esta cuestión,
durante este último tiempo nos juntamos con Lisandro. La verdad que
para mí fue un hallazgo hablar con él, me pareció interesantísimo
que el vicepresidente de la Federación Argentina de Iglesias
Evangélicas pudiera enseñarme las cosas que me enseñó. Me mandó
textos que para mí fueron espectaculares, de los cuales robamos
parte para esta actividad. Él nos mandó un texto muy interesante
que para mí fue muy bueno. Se llamaba "El Pecado No es Delito",
y es de un sacerdote español, un teólogo español católico, que
dice cómo la Iglesia resiste, y este es -que en parte es lo que
también dice Quito- un lugar de batalla importante de estos sectores
conservadores entramados en ese lugar.
La cuestión es que
nosotras en este camino pensábamos, y lo pensamos siempre, como
decía Mariel, que para nosotras invocar a las mujeres es una
constante: a las que nos faltan, a las que no están, a todas las que
van a estar y a todas las que queremos estar. Y también a nosotras
mismas como una fuerza, para acordarnos de las caras de la que
atravesó por esto, de la que murió, de la que terminó internada.
Acordarnos de todas estas cuestiones para nosotras es constante. No
sólo en esto, sino en cada una de las peleas que llevamos adelante.
Y en esa invocación
que tenemos que hacer constantemente, una de las cosas que nos
parecen muy fuertes es que poner a las Iglesias en contra de la
legalidad del aborto, en realidad es poner a las cuatrocientas
cincuenta mil mujeres en contra de sí mismas. Porque las mujeres
argentinas, en su gran mayoría, somos parte de alguna religión.
Creo que el porcentaje ateo de la Argentina es bastante reducido.
Por lo tanto,
creemos que dar este debate es, por un lado, correr esta mentira de
“las Iglesias versus los sectores que estamos por la legalización”.
Y por otro lado, también era fortalecer a todas esas mujeres que no
se nombran, a todas esas cientos de miles de mujeres que todos los
días atravesamos por estas situaciones, para que sepan que hay
también representantes de sus propias Iglesias, representantes de la
fe que también van a estar del lado de ellas cuándo tengan que
atravesar esta situación.
Para nosotras esto
era una cuestión interesante e importante porque desde el punto de
vista de la salud, saber que los demás están con nosotras también
es importante. Saber que contamos con el conjunto también es
importante. Y eso también nos parecía una forma de sacarnos de la
clandestinidad. Me parece que es muy rico poder ver todo esto, y
además este aporte que han hecho todos ellos me parece excelente.
Y nosotras tenemos
que seguir buscando el debate. Digo nosotras y nosotros. Con la
diputada María Luisa Storani en conjunto somos las que más
molestamos a ese pobre presidente de la Comisión de Legislación
Penal e insistimos en que se siga discutiendo. Pero así como con
María Luisa y como con muchos otros diputados como Ariel Basteiro,
como esos cincuenta diputados y diputadas, creo que tenemos que tener
la convicción de que este año es un año para debatirlo dentro del
Congreso.
Creo que estas cosas
también sirven para eso y creemos que tenemos que tener esa
convicción. “Año electoral”, nos dicen, “Muy complicado”.
Yo creo que por ser un año electoral tenemos que lograr que esto
avance dentro del Congreso.
La sociedad
Argentina, como decían también Daniel y Lisandro hace un rato, es
una sociedad, desde mi perspectiva también, que está harta y
podrida de los dobles discursos, de la mentira y de la hipocresía.
Todo lo que hagamos para correr eso realmente nos transforma no
solamente en mejores representantes desde donde estemos, sino en
mejores personas.
Por lo tanto, creo
que llevar adelante esta discusión en este año electoral y en una
sociedad que esté abierta a no tener un sólo discurso, abierta a
discutir, a debatir los términos. Con Lisandro discutimos el primer
día cuando nos conocimos si era despenalización o legalización, y
nos pusimos de acuerdo en dos minutos y medio.
Creo que es también
qué decimos, cómo lo decimos, hasta dónde podemos discutir
determinadas cuestiones y cómo nos atrevemos a dar ese debate.
Además de celebrar
esto y decir que si bien no es iniciático sí lo es, para mí un
punto inicial es un punto de partida para nuevas acciones, para otro
tipo de acciones que tenemos que llevar adelante. Con Quito
hablábamos hace un rato que nosotros con todos estos representantes
maravillosos de distintas religiones tenemos que llevar adelante
otras acciones: solicitar reuniones al Poder Ejecutivo, al Poder
Judicial, a todos los diputados y diputadas, ver si no podemos hacer
de esto también una voz más fuerte que apoye y aporte a todo esto
que venimos haciendo.
En esta tarea por el
28 de mayo que es una tarea de todos los días -o del 28 de
septiembre, el día que sea, no hay problema-, mañana tenemos un
festival a las seis de la tarde que se organiza desde la campaña
Aquí al Frente, en donde también tenemos que estar, participar, y
por supuesto vamos a seguir trabajando con toda nuestra fuerza para
que este debate y esta realidad que atraviesa toda la sociedad no
solamente llegue, porque ya llegó al Congreso, sino que termine de
resolverse y yo me asegure que vamos a hacer absolutamente todo para
que este año tengamos al menos una media sanción de la Cámara de
Diputados.
Muchas gracias.
(Aplausos.)
4 comentarios:
Es un problema mundial que afecta hoy día a nuestra sociedad y va en aumento hay muchos factores y motivos que no se justifica para su acto por mas razones que exista
Últimamente las tasas de embarazos adolescentes han crecido y va en aumento a pesar de todas las herramientas posibles que tenemos hoy día a nuestro alcance
El aborto es legal en muchos países, muchos de ellos en Latinoamérica, hay mucho por debatir e informaciones que salen a la luz, no sabemos las acciones que puede repercutir en lo sicológico pero algunos puntos deben de recalcarse como la vida que es un derecho
Hay muchas maneras y medios hoy día para obtener un aborto en muchos países latinos ya lo han legalizado, además de la reciente incorporación de Uruguay como país de legalización, es cuestión de informarse y consultar visiten el sitio
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